El excandidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas rindió un
homenaje a su padre, el general Lázaro Cárdenas, en el marco del 80 aniversario
de la Expropiación Petrolera.
Desde el Monumento a la Revolución, lamentó la actual
situación de Pemex, tras la reforma energética impulsada por el gobierno de
Enrique Peña Nieto, la cual, opinó, es posible revertir.
“Este gobierno y aquellos intereses que desde fuera lo
conducen quieren hacernos creer que la reforma energética es irreversible, que
llegó para quedarse, que se han suscrito contratos a instrumentos legales que
impiden cualquier cambio a la situación impuesta, que lo que está ya es
imposible cambiarlo si no es a un altísimo costo aunque no se precisa cuál
puede ser este“.
Para él lo que hoy “nos dice y repite el neoliberalismo”,
“son palabras de las dictaduras de todos los tiempos que se han escuchado en los
cinco continentes“.
“¿El costo de un cambio sería sumamente alto?, ¿qué tanto?
No creo que más alto que haber arrojado a más de la mitad de los mexicanos a la
pobreza; no más alto que haber forzado a 10 o 15 millones de mexicanos a
emigrar en busca de cómo ganarse la vida; no más que mantener los salarios más
bajos que los de todos aquellos países con los que se comercia.
“¿Será más que lo que ha costado Pemexgate, OHL,
Oceanografía, Higa, Odebrecht, Fobaproa, sumados o por separado?
“No más que el deterioro de la calidad educativa, o las
carencias de los servicios de salud. ¿Será más alto el costo que los costos de
la corrupción y la impunidad?, ¿más elevado que los dineros públicos que los
medios señalan se desviaron a los gobiernos de Veracruz, Chihuahua, Tabasco,
Tamaulipas, Quintana Roo, etcétera?”, cuestionó.
Recordó cómo “señalaron que uno de los principales problemas
de Pemex lo constituye el huachicol, una de las formas de robo a la empresa del
gobierno, olvidándose de otras tan graves como los sobornos de Odebrecht, las
comisiones que ocultamente se están cobrando por la importación de gasolinas,
millones de litros diarios, los altos precios de estas así como el gas, los
desvíos del Pemexgate o las contabilidades oscuras de las subsidiarias de Pemex,
creadas en el extranjero, que operan en países en los que el derecho mexicano
no es aplicable, por lo que sus cuentas no se auditan por la autoridad mexicana
y el destino de sus utilidades nunca se ha hecho público”.
Cárdenas acusó el “abandono y la caída de la producción
petroquímica, los recortes presupuestales a Pemex, las deficiencias de
mantenimiento, el incremento de accidentes”.
Dijo que no se habla de la “enajenación de la quinta parte
de los territorios submarinos del país, concesionados principalmente a
consorcios extranjeros, para explotación de los ricos yacimientos de
hidrocarburos que contienen” ni del “deterioro intencionado de las refinerías”
o la importación de más del 70% de los combustibles que se consumen en México.
“Estas son algunas de las graves consecuencias de la
contrarreforma energética“, la cual el gobierno lleva a cabo “atropelladamente”
pero con objetivos claros: “entregar lo más pronto posible el presente y sobre
todo el futuro petrolero de México y los mexicanos a intereses ajenos, aquellos
que aprovechan la corrupción y entreguismo de las altas autoridades, aquellos
mismos que fueron expropiados en 1938, junto con otros que les acompañan”.
Al término del acto, efectuado en el Monumento a la
Revolución, el también exjefe de gobierno capitalino descartó que vaya a
colaborar con alguno de los candidatos presidenciales.
En su opinión, las propuestas incluidas en las plataformas
electorales de los candidatos presidenciales tienen algunos pendientes en el
ramo petrolero.
De acuerdo con Cuauhtémoc Cárdenas, es necesario que la
seguridad energética figure en la agenda electoral de los abanderados y planteó
que sus posiciones sean claras respecto a los proyectos que decidan emprender.
Sin embargo, confió en que quien gane las elecciones de
julio próximo sea capaz de concretar los cambios que demanda el país.